Debemos recobrar el valor de decir las cosas como las vemos, como las pensamos y sobre todo debemos de estar preparados para que la indolencia y lo politicamente correcto no nos priven de la capacidad de valorar lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Si no es así, el Gran Hermano se apoderará de nuestro mundo y pronto todos tomaremos "soma" cuando nos asalte la mas leve inquietud.
Debemos mantener a toda costa nuestra capacidad de indignación y el coraje de expresar nuestra opinión con absoluta libertad y hasta la capacidad y la posibilidad de cambiarla si así nos lo pide nuestra inteligencia y nuestra sensibilidad.
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